🌱 Cómo nació Johnnie Walker
Johnnie Walker es la marca de scotch whisky más popular del mundo. Presume de una gama de productos que satisfacen la demanda desde los whiskies más asequibles hasta los considerados "elixir" de la más alta calidad.
Las primeras botellas de la marca comenzaron a comercializarse en 1820, cuando su fundador Johnnie Walker, un joven recién huérfano de 15 años nacido en Kilmarnock (Escocia), decidió vender la granja de su familia para abrir una licorería.
En un comienzo la actividad de la empresa no era la elaboración de whisky. Al no tener suficientes recursos para crear su propio proceso de producción, Johnnie se dedicaba a comprar diferentes maltas a destilerías de la zona y mezclar estas hasta encontrar el brebaje perfecto.
Su propia marca de whisky, conocida entonces como "Walker's Kilmarnock Whisky", era popular en la zona, aunque el propio John Walker era abstemio.
Años más tarde, sus hijos y nietos comenzaron a elaborar sus propios whiskies y mezclar estos, emulando y perfeccionando la combinación de su antepasado.
Con el fallecimiento del fundador John en 1857 la empresa pasaría a manos de su hijo Alexander, que había sido aprendiz de un comerciante de té en Glasgow, y allí aprendió el arte de mezclar té.
En 1867 registró Old Highland Whisky, una de las primeras marcas registradas. Desde entonces tenía la ya famosa etiqueta inclinada negra y dorada. A finales de la década de 1870 cambió al distintivo diseño de botella cuadrada.
📢 El marketing de Johnnie Walker
Alexander es el artífice de las características estrategias de marketing que a día de hoy la empresa mantiene 170 años después.
En una época donde el marketing era prácticamente inexistente, Alexander agregó a sus productos 2 señas de identidad que aún se mantienen, la botella rectangular y la etiqueta en diagonal.
La forma de la botella se debe a una original idea para facilitar el trasporte del producto, pues, para exportar las botellas al extranjero, necesariamente el viaje debía ser por mar, y en el trayecto, las clásicas botellas cilíndricas solían tambalearse por las mareas, rodar y dañarse o romperse. Con el innovador diseño rectangular esto dejaba de suceder, y además, aportó a nivel visual un elemento característico de marca clave.
Junto con la forma de la botella, se incorporaría la etiqueta inclinada, que junto a la diferenciación de los whiskies por colores haría a la marca reconocible en todo el mundo.
En 1997, la multinacional licorera Diageo compró Johnnie Walker. Esta empresa (dueña de otras marcas como Baileys, J&B, Tanqueray o Guinness) ha intentado mantener en la medida de lo posible la esencia original de Johnnie Walker. Pese a ello, en 2012 las críticas se abalanzaron sobre Diageo por el cierre de la originaria destilería en Kilmarnock, trasladándose a la capital Glasgow.
En los últimos años y con la marca asentada en el mercado, Johnnie Walker ha mantenido su constante innovación en el marketing sacando campañas publicitarias en colaboración marcas muy reconocidas.